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Mostrando entradas de marzo, 2022

Mi villana favorita

Señores del jurado ¿Es acaso mi culpa que algunos de mis súbditos sean traidores? Todo inicio cuando una niña asilvestrada allanó mi jardín y participó en un acto vandálico, donde tres de mis jardineros tuvieron la desfachatez de plantar un árbol de rosas blancas y pintarlo de rojo para engañarme. Como soy una alma caritativa perdoné las ofensas de la niña. Sí, es cierto que condene al dos, al cinco y al siete de picas; pero era lo justo por insubordinación, incitación al delito y formar parte del movimiento en contra de mi persona, este último es liderado por la duquesa. Continuando con los sucesos que me imputan, en el juego de croquet, varios seguidores de la duquesa se hicieron pasar por jugadores y les envié a prisión por traición. Unas horas después, la sota de corazones robó mis tartas. Como soy una persona justa lo llevé a juicio. El primer testigo fue el sombrerero loco, este resultó ser poco juicioso y se sospecha que es parte de un movimiento revolucionario...

Ventisca del Norte

Hace muchos años en tierras ya perdidas para la humanidad, una estirpe de seres inmortales poblaba la tierra. Su belleza era leyenda y sus apetitos mantenían a los oriundos del valle, lejos de la montaña. Aquel día de invierno Mino y su padre habían salido a cortar leña, tenían un pedido especial de madera que solo se conseguía en la montaña. El viento en la montaña era cada vez más fuerte y ya hacia unos minutos que las manos del joven estaban de un color similar al violeta.  —Pa-papá vamos a ca-casa— dijo Mino. —No, no po-podemos— contestó su padre.  El padre de Mino continuó avanzando hacia la montaña y él joven no se atrevía a regresar solo, ya sus huellas se habían perdido y no conocía bien el camino de vuelta. Justo cuando estaba a punto de claudicar vio que su padre se dirigía a una cabaña de madera. El padre tocó la puerta y está se abrió de par en par. Ellos entraron, encendieron el fuego y se acostaron. Una corriente helada despertó a Mino, quien corri...

Haikus

Un olor dulce  despierta la mañana  en primavera.    Susurros rosa  tapizan los caminos  ya recorridos.    Tibios suspiros emanan de los labios  en regocijo.    

Agente encubierto

Viajé a Bruselas para evitar un atentado, tenía reservado una habitación en pleno casco histórico, justo al lado de la plaza. El chico de recepción me saludo, con una sonrisa forzada, y me preguntó en qué podía ayudarme.  —Tengo una reservación, me llamó Alex Reinas— contesté.  —Muy bien Monsieur Reinas— respondió el chico. Revisó la lista y encontró la reserva.  —Lo tenemos aquí. ¿Me puede mostrar su documento de identidad?— preguntó en un tono casi mecánico. Saqué mi pasaporte y se lo tendí.  —Creo que hay una confusión, ¿Es usted el acompañante de Monsieur Reinas?— preguntó el chico con cara de circunstancia.  Caí en cuenta que cometí un error. No sabía que pasaporte le había dado, tenía que averiguar cuál era sin llamar la atención. Me sentía acalorado, las manos me temblaban, y al abrir el maletín todos mis papeles cayeron al suelo. El chico salió de detrás de la mesa a ayudarme, y vio todos mis pasaportes abiertos en la primera página, yo salía ...

La torre

Los cálidos rayos iluminan la estructura más cercana, le dan un toque celestial, y resaltan los entramados dorados de huevo de Fabergé. Los caballos blancos, con sus coloridas monturas nos invitan a formar parte de este baile silencioso, del que sólo participaremos nosotros. Una escalera nos induce a conocer los secretos que esconde este instante perdido en el tiempo. Después de dar una mágica vuelta vislumbramos la torre. Ella resalta con todas sus placas de hierro pulido, siempre tan rígida y altiva, tan distinta a los árboles que la rodean. Tantos años siendo admirada y ahora nadie parece observarla, por primera vez está sola, verdaderamente sola, tal vez sea vanidosa pero ella siempre se sintió como la estrella de la ciudad del amor, extraña los flashes de millones de personas que venían a retratarla y a conocer sus tres estaciones. El sonido del silencio aturde, sólo los pájaros parecen romperlo, son los únicos que escaparon del hechizo.   

Terremoto

  Lo primero que sentí fue el meneo de la cama, pensé por un momento que era mi perro Thor que se había colado, revisé y no estaba bajo las sábanas ni debajo de la cama. La lámpara empezó a hacer movimientos de vaivén, no había duda estaba temblando, cogí mis zapatos pero antes siquiera de poder calzarme, oí el sonido de metales doblándose, y lo último que recuerdo fue la presión del techo que cayó sobre mí. El meneo de la cama me despertó otra vez, me levanté de golpe, mi cuarto estaba como siempre, la lámpara empezó a danzar, me coloqué los zapatos y salí a buscar a Thor, él pobre aullaba sobre su cojín, le cogí en brazos y me monté en el ascensor. —Madre mía de la que nos salvamos —le dije a Thor. Pero la alegría no duro mucho, cuando llegamos a la planta inferior la luz se apagó y se detuvo el aparato. Oí un chirrido y una sensación de vacío en el estómago me advirtió que caíamos. Volví a mi cama, la habitación estaba igual, corrí hacia Thor le cogí en brazos y ...